El camino a Sudakia suele hacerse largo.
La verdad es que ya estaba francamente cansado.
En la calle 54,cerca de la intersección con la 11, vi una especie de roca o trozo de mampostería, Me senté.
Inmediatamente comencé a escuchar voces. ĺo más extraño fue que nadie caminaba por allí, y si embargo las voces seguían.
Los rostros parlantes de la piedra me recordaron a Largo y Chupete, de Perramus
Levanté el culo de aquel horrible lugar y corrí sin parar hasta la Plaza Moreno.
Casi desfalleciendo me dejé caer en un banco hasta que el latido de las sienes comenzó a extinguirse. Luego las piernas decidieron el rumbo.
Me detuvo la voz de un fierita:
-¡¡¡¡Heee amigo!!!!-
Su sonrisa era interminable
La buena onda del Gurí pudo con las voces oscuras. ¡Gran Final!
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Yes. El Gurí siempre alegrando.
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Otra vez el Renegau
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