Me despierto sobresaltado. Ella duerme plácidamente a mi lado.
Bajo las escaleras.
Camino al baño, el reloj advierte las 3:20 am
Entro al cuarto de los niños. Uno está destapado. Lo cubro suavemente. La brisa hamaca la cortina.
No sé cuanto tiempo pasa. Un hijo dormido desprende magia.
Entro al cuarto de la niña. Está cubierta hasta la cabeza. Siempre duerme así. Tironeo despacio pero no puedo verle la cara porque su pelo largo la cubre y se parece el Tío Cosa.
Le doy un beso en la frente con el pensamiento.
* * *
Parece que Sudakia ha venido a mi encuentro, a esas horas en que los grillos son los reyes.
Hermosa mirada sobre lo que habita en la noche… y muy lindo también leerte por acá. Saludos!
Me gustaMe gusta
Bienvenida Alexandra! 🙂
Me gustaMe gusta
¡Sos un dulce, conchitumá!
Me gustaMe gusta