El niño más pequeño es hipersensible a diversos estímulos sensoriales.
Cuando entra a la casa, cierra las cortinas.
Es difícil hacer actividades sociales: lo molestan los olores nuevos, las personas desconocidas, algunas frecuencias de sonidos.
En la medida que lo desconocido deja de serlo, comienza a ser tolerable.
Cuando viajamos en auto (varias veces por día) es imprescindible hacerlo sin música ni radio.
Lo anticipo, le digo que voy a encender la radio. Cuando comienza a gritar tapándose los oídos, bajo el volumen. Si su molestia persiste, apago.
Sin embargo, hay determinadas músicas que tolera. Y de algunas disfruta.
Hace poco tiempo descargué un disco que encontré en el blog La Uva y la Parra:
Etran Finatawa – The Sahara Sessions (2013)
Me daba intriga: una banda que combina las culturas Bororo y Tuareg. Hacen un blues del desierto, un ritmo repetitivo, una especie de mantra de la sabana…
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Lopario con la musica y las personas, abrazo al Niño y otro a usted
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Gracias compadre. Ya falta poco para el encuentro Sudako.
Abrazo!
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Acá (Bruselas) suelen venir a tocar cada tanto los de Tinariwen http://grooveshark.com/#!/tinariwen .
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No los conocía. ¡Gracias! 😀
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